¿Qué son las distorsiones cognitivas?
Las distorsiones cognitivas o errores cognitivos son mecanismos de defensa que establecemos para lidiar con las diferentes situaciones que vivimos y que sentimos que no controlamos. Sin embargo, si utilizamos este mecanismo de defensa de forma constante e interpretamos la realidad de una manera distorsionada, el efecto que obtendremos será negativo, ya que se generará más estrés y ansiedad en el día a día y disminuiremos nuestra autoestima, ya que interpretaremos que el mundo que nos rodea y nosotros mismos de una forma negativa e irreal.
Tipos de distorsiones cognitivas
A continuación vamos a ver 10 errores o distorsiones cognitivas más frecuentes con sus respectivos ejemplos para poder entenderlas.
Personalización:
Ocurre cuando creemos que todo lo que la gente dice o hace está relacionado con nosotros mismos. Por ejemplo: Todos parecen que están enfadados, seguro que he hecho algo mal.
Sobregeneralización:
Tiene lugar cuando a partir de un caso aislado, generalizamos una respuesta y esa explica todas las situaciones de nuestra vida. Por ejemplo: Mi amiga Marina no me ha llamado para quedar, eso es porque no le importo a nadie.
Sesgo confirmatorio:
Se trata de observar e interpretar la realidad (lo que la gente hace o dice, o lo que pasa a nuestro alrededor) de manera que confirme nuestras creencias u opiniones previas ante una experiencia, situación o persona. Por ejemplo: Se me ha olvidado la mochila en casa, ves, porque soy un desastre.
Error del adivino o adivinar el futuro:
Ocurre cuando creemos que un pensamiento que tenemos acerca del futuro es confirmatorio y veraz de lo que realmente va a ocurrir. Por ejemplo: Hoy no voy a hacer el viaje en coche que tenía organizado, porque está lloviendo mucho y estoy seguro de que voy a tener un accidente.
Interferencia arbitraria:
Consiste en generar conclusiones de una manera rápida e impulsiva, generalizándola a experiencias, personas o situaciones parecidas. Por ejemplo: Ese tío me ha mirado mal, todos los hombres son iguales, no hay que fiarse.
Abstracción selectiva:
Centrarse sólo en los aspectos negativos de una situación o experiencia, omitiendo los positivos. Esto se generaliza al resto de elementos o situaciones y se hace una valoración general en función de éstos. Por ejemplo: Se me ha quemado el bizcocho, no cocino nada bien.
Lectura del pensamiento:
Consiste en tener la certeza de que se sabe la intención o la opinión de la otra persona, sin tener que preguntarlos o esperar a saber los motivos de lo que ha pasado. Por ejemplo: Fran me ha hecho esto porque piensa que vamos a cortar.
Falacia de la recompensa divina:
Consiste en creer que el futuro ya está escrito y que las situaciones se resolverán de una forma pasiva o las personas serán puestas en su lugar, sin hacer nada de forma activa para solucionarlo. Por ejemplo: Me ha molestado lo que me ha hecho mi amiga Marta, pero no se lo voy a decir, ya se lo devolverá el karma de alguna manera.
Pensamiento dicotómico:
Se trata en una predisposición a clasificar toda situación, experiencia o persona en buena o mala, sin visualizar los diferentes matices de la realidad que observamos. Por ejemplo: Si no apruebo el examen práctico del coche, no voy a poder ser conductor nunca.
Catastrofización:
Ocurre cuando se evalúa las situaciones, personas o experiencias con el peor resultado que se pueda esperar, es decir, nos ponemos en lo peor antes incluso de que ocurran los acontecimientos. Por ejemplo: El examen de mañana estoy seguro de que lo suspenderé.