La culpa es una emoción completamente normal; en realidad es un mecanismo adaptativo, ya que es necesaria para mantener las relaciones personales con aquellos que te rodean. No obstante, en ocasiones este sentimiento de culpa puede convertirse en algo irracional, desmesurado o demasiado frecuente. En este punto sería necesario intervenir para superarlo y poder recuperar el bienestar emocional.
Origen
La culpa forma parte de nuestras emociones naturales desde la infancia y ayuda a formar nuestras estructuras sociales y normas. De alguna forma, esta emoción sería necesaria para mantener el orden público, familiar y relacional. Además, con el tiempo, las normas que se van aprendiendo desde la infancia comienzan a formar parte de los valores de cada uno.
¿Cuándo sentimos culpa?
Suele surgir cuando sentimos que estamos haciendo daño a otras personas o cuando actuamos en contra de lo que nosotros mismos pensamos o queremos. Asimismo, cuanta más necesidad de aprobación por los demás tiene una persona, más culpa o malestar siente. Por una parte, si realiza algo que no es aprobado por los demás, aunque no sea nada malo, sentirá culpa. Por otra parte, sentirá malestar ya que es probable que se ajuste a los deseos de los demás y no a los propios.
En algunos casos ese sentimiento de culpa puede ser más o menos justificado, aunque en otros es totalmente desadaptativo, es decir, no cumplirá otra función que fomentar el malestar emocional.
Claves para superar la culpa
Disculparse
A veces una disculpa sincera puede ser realmente liberadora. Puede resultar la más lógica aunque muy a menudo no se cumple y, si se hace, puede producir un gran alivio.
Reatribuir responsabilidades
Esta técnica se basa en que examinar las situaciones que generaron el sentimiento de culpa y atribuir de forma lógica y objetiva la responsabilidad a cada persona.
No se trata de que te liberarse de toda la responsabilidad, sino de dar a cada miembro la responsabilidad que se merece y no atribuírsela toda a uno mismo.
Aceptar nuestro comportamiento
En última instancia, siempre será nuestra la responsabilidad de elegir eliminar la culpa y aceptarse a uno mismo. Solo se tendrá que tomar la decisión que más conveniente se crea.
No buscar la aprobación
Es importante no buscar con los propios actos satisfacer las necesidades o requerimientos de los demás, sino hacer realmente lo que uno quiera sin ajustarse constantemente a los deseos de otros y sin que con ello se haga daño psicológico o físico a alguien.
Cambiar nuestros pensamientos sobre el pasado.
Hay circunstancias del pasado que ya no pueden cambiarse; si hay que pensar en ello es mejor hacerlo únicamente para extraer algún aprendizaje que nos permita seguir avanzando en el presente.
Comunicarse de forma asertiva
Se trata de enseñarle a las personas que intentan ejercer la manipulación mediante la culpa, que somos capaces de enfrentarnos a las posibles consecuencias de nuestro comportamiento, aceptándolas pero sin sentir culpa. Por ejemplo: “Laura, es tu decisión enfadarte porque haya decidido no acompañarte a ir de compras, lo entiendo pero aún así no voy a cambiar mi opinión”.